VATICANO. – En la mañana del jueves (13), el Papa Francisco recibió en el Vaticano, alrededor de mil luteranos que participaron en una visita a Roma. “Estoy feliz de darles la bienvenida en su peregrinación ecuménica, iniciada en la región de Lutero en Alemania y terminada aquí junto a la sede del obispo de Roma”, dijo el pontífice. En su discurso, hizo hincapié en la necesidad de “agradecer a Dios porque hoy en día, los luteranos y los católicos están caminando juntos por el mismo camino, dejando el conflicto a la comunión.
El largo camino con sentimiento encontrados: el dolor de la división que aún existe entre nosotros, pero también la alegría de la fraternidad redescubierta”. Francisco dijo a los presentes que a finales de octubre realizará una visita apostólica a Lund, Suecia. Junto con la Federación Luterana Mundial, que dará conmemoración al 500 aniversario de la Reforma Protestante. También agradeció a los 50 años de diálogo oficial entre luteranos y católicos. La propuesta del líder máximo de los católicos es que se unan los evangélicos. El testimonio es que el mundo espera de nosotros, dijo, “es que se convierta en la visible misericordia que Dios tiene por nosotros a través del servicio a los pobres, los enfermos, los que dejaron su tierra natal en busca de un futuro mejor para ellos y los suyos.
Vamos a servir a los más necesitados juntos, así experimentando lo que es estar unidos, pues la misericordia de Dios nos une”, dijo al final de su discurso el Papa. Aparte de decir que iba a orar por los jóvenes, pidió oraciones por su persona. También dejó un mensaje controvertido. “En cuanto a los teólogos que llevan adelante el diálogo doctrinal siguen buscando con insistencia, ocasiones de encuentro, para conocerse mejor, si conocerse mejor, rezar juntos y ayudarse entre sí y con todos aquellos que están en necesidad. Así que … Dios nos conducirá a la plena comunión”. Antes de terminar la reunión, el Papa respondió a las preguntas de los jóvenes luteranos. Él clasificó los intentos de evangelización “el mayor veneno contra el camino ecuménico”. Además de pedir que los europeos reciban a los refugiados musulmanes, hizo un reto a los presentes: “¿Quiénes son los mejores: los evangélicos o católicos?” La respuesta ofrecida por él fue “es mejor todos juntos”.