Decenas de miles de judíos se congregaron en el “Kotel Hamarabí” o Muro Occidental (conocido en el mundo gentil como Muro de los Lamentos) para participar de la tradicional “Birkat Hacohanim”, la bendición de los sacerdotes. Se trata de una ceremonia tradicional, protagonizada por los Cohanim, o la casta sacerdotal, descendientes en forma patrilineal del bíblico Aarón, el hermano de Moisés.
La ceremonia tuvo particular efervescencia y reunió un especial despliegue de participación en aparente rechazo a la resolución de la Unesco, promovida por los palestinos y varios países árabes, que busca borrar los profundos lazos históricos del judaísmo con los sitios sagrados de Jerusalén, especialmente con el Monte del Templo.
Una masiva participación tuvo lugar el sitio sagrado, en comparación con los parámetros usuales de la tradicional bendición que tiene lugar en Hol Hamoed, el período interino entre las festividades de Sucot y Simjat Torá.
Las plegarias, en las que participaron los rabinos jefes, tuvo lugar en una atmósfera entusiasta, en tanto que los participantes buscaron manifestar su desprecio por la resolución de la Unesco, una agencia de las Naciones Unidas conocida por sus resoluciones anti-israelíes y últimamente también antisemitas. La reciente resolución busca borrar la conexión del pueblo judío con el Monte del Templo de la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde estuvieron erigidos los Templos de Salomón y Herodes, y sobre cuyas ruinas, cientos de años más tarde, los musulmanes construyeron el complejo de la Mezquita de Al Aqsa. La última resolución de la Unesco se refiere al lugar exclusivamente bajo su apelativo musulmán, desdeñando su nombre en hebreo “Har Habait” o su traducción Monte del Templo.
El Rabino Jefe ashkenazi, David Lau, manifestó que contrariamente a la resolución que niega los lazos entre Israel y los sitios sagrados de la Ciudad Vieja; la afluencia de miles de judíos al Muro Occidental demuestra la las firmes raíces del judaísmo y su innegable presencia.
“La Unesco puede decidir lo que quiere; pero la realidad es que el pueblo de Israel viene y vota con los pies, y está aquí”, destacó el rabino Lau.
Testigo de la masiva participación, El rabino del Muro Occidental y los Lugares Santos, Shmuel Rabinowitz, tampoco pudo resistir expresar su desprecio por la decisión de la Unesco.
“Sucot es una fiesta de la solidaridad y no hay mayor felicidad que la solidaridad de Israel”, subrayó. “Vemos esta maravillosa solidaridad, que trasciende los campos (políticos) y el origen étnico, en toda la plaza del Muro Occidental, y esta es nuestra respuesta a la Unesco. Cualquiera que dude de nuestra conexión con el Kotel o el Monte del Templo debe ver a las miles de personas que se han reunido aquí. Esta es la respuesta a esa decisión delirante”.