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PARASHAT HAAZINU (DEUTERONOMIO 32)

Enfoque sobre el estudio de Torá “Cuando invoque el Nombre del Eterno, atribuyan grandeza a nuestro Dios” (1). Nuestros sabios aprenden de este versículo la obligación de Birkat haTorá (2) (la bendición que decimos antes de estudiar Torá (3)). El Talmud hace un asombroso comentario en el tratado de Nedarim sobre la gravedad de ser descuidados con esta mitzvá: Dice que después de la destrucción del Primer Templo y del exilio que le siguió, los eruditos y los profetas no sabían cuál era la causa de aquel terrible castigo, hasta que Dios les dijo que era porque “abandonaron Mi Torá” (4). Rav explica que eso no significa que no estudiaban Torá, sino que se refiere a que no recitaban Birkat haTorá antes de comenzar a estudiar (5). Los comentaristas encuentran muchas dificultades en esta explicación (6): ¿Cómo puede el Talmud atribuirle castigos tan severos a una falta relativamente menor como sería no decir Birkat haTorá? Es más, esto pareciera contradecir lo que dice el Talmud en el tratado de Iomá, donde declara que el Primer Templo fue destruido por asesinato, idolatría e inmoralidad (7). El Maharal de Praga responde estas preguntas y explica el pasaje del Talmud en el tratado de Nedarim (8). Dice que es imposible entender este pasaje literalmente —es decir, que no recitaban Birkat haTorá—, sino que el problema era que no la decían con la intención adecuada. El Maharal explica que cuando una persona dice Birkat haTorá, debe enfocarse en su gran amor y gratitud hacia Dios por haberle dado el impresionante regalo de la Torá. La gente de aquella generación sí decía las bendiciones, pero lo hacían sólo de forma rutinaria, sin enfocarse lo suficiente en su amor por Dios al decirlas. El Maharal explica además que este sutil error fue la causa de los terribles pecados que llevaron a la destrucción del Templo. Si una persona se enfoca lo suficiente en Dios mientras estudia entonces amerita tener una gran siata dishmaia (ayuda celestial) que le facilita mucho evitar pecar e incluso si llegara a tropezar le permite hacer teshuvá (arrepentirse) sin gran dificultad. Rav Itzjak Hutner escribe que a esto se refieren nuestros sabios cuando dicen que “la luz de la Torá devuelve a una persona al bien”. Sin embargo, si la persona no se conecta a Dios por medio de su estudio, entonces consecuentemente pierde esa siata dishmaia especial y cuando tropieza es mucho más probable que quede atrapada en un espiral descendente de pecado (9). Basándonos en esta explicación podemos resolver la contradicción entre los pasajes talmúdicos de Nedarim y Iomá. El Templo fue destruido debido a los terribles pecados que son enumerados en Iomá; sin embargo, no decir Birkat haTorá con la intención correcta fue lo que permitió que el pueblo judío se deteriorara hasta el punto de cometer dichos pecados. Dado que no se conectaron con Dios como corresponde, perdieron la siata dishmaia y consecuentemente cayeron presa de las poderosas tentaciones del iétzer hará. El Maharal ofrece una fascinante y sorprendente explicación de cuáles son las razones que pueden llevar a una persona a no mostrar el debido amor por Dios en su Birkat haTorá. Dice que es imposible amar a dos entidades al mismo tiempo y que por lo tanto enfocarse en amar una cosa reducirá inmediatamente el foco que uno pueda tener en amar otra. Basado en esto el Maharal explica que hay dos posibles formas de amor que uno puede expresar cuando dice Birkat haTorá: amor por Dios o amor por la Torá, ¡y no es posible sentir amor por ambas al mismo tiempo! Al decir esta bendición es más probable que uno exprese su amor por la Torá en lugar de expresar su amor por Hashem, por lo que el Maharal advierte que “uno debe ser muy cuidadoso de decir la bendición de la Torá con todo su corazón y con toda su alma” (10). Esta explicación del Maharal pareciera contradecir el enfoque de Rav Jaim de Volozhin en su libro Néfesh haJaim. Allí, Rav Jaim enfatiza que cuando uno estudia Torá no debería tener pensamientos elevados sobre Dios, sino que debería sumergirse tan profundamente como le sea posible en la Torá y en lo que está estudiando, y esta es la mejor forma para acercarse a Dios. La distinción que hace el Maharal entre el amor a Dios y a la Torá pareciera ser incompatible con el énfasis que pone el Néfesh haJaim en el estudio de Torá en contraposición a los pensamientos en Dios. Sin embargo, si analizamos más profundamente veremos que en realidad no hay ningún desacuerdo; el Maharal no dijo que debemos enfocarnos en el amor por Dios durante el estudio, sino antes de comenzarlo, al decir Birkat haTorá. El Néfesh haJaim dice algo similar con respecto a la actitud que deberíamos tener antes de estudiar, sobre la que escribe que “cuando uno se prepara para estudiar es apropiado que pase al menos unos segundos reflexionando sobre el amor a Dios con el corazón puro” (11). Dice que incluso uno debería tomarse a veces una pequeña pausa en su estudio para volver a encender su conciencia sobre Dios (12). Vemos por lo tanto que estos dos grandes rabinos aparentemente estarían de acuerdo en que antes de estudiar una persona debe ser muy cuidadosa para no perder de vista de Quien es la Torá que está estudiando, mientras que durante el estudio no hay razón para pensar que el Maharal no concuerda con el entendimiento del Néfesh haJaim, sobre que uno no debería tener pensamientos elevados sobre Dios. Quizás también se alude a esta lección —que uno no debería olvidar a Dios cuando comienza a estudiar— en los días sagrados de las Altas Fiestas. Poco después de pasar el mes de elul, Rosh HaShaná y Iom Kipur y experimentar un intenso crecimiento personal cuyo objetivo es principalmente reconectarse con Dios, completamos el ciclo de la Torá y celebramos la belleza y la maravilla de la Torá en Simjat Torá. La preparación que lleva a Simjat Torá puede ayudarnos a adoptar la perspectiva correcta en nuestro estudio: aumentar nuestro amor y temor a Dios.

Fuente: Aish Latino

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