La fiesta de Janucá, que empieza este año el 24 de diciembre (25 del mes judío de Kislev), celebra el milagro la rededicación del Templo de Jerusalén en el siglo segundo de esta era, tras la derrota de los griegos, que ocupaban Judea, a manos de un grupo de judíos llamados Macabeos.
Según la tradición judía, al momento de la rededicación había aceite para mantener encendida la menorá, el candelabro de siete brazos del Templo, apenas un día. Milagrosamente, el aceite duró ocho días. Al año siguiente los rabinos declararon que el milagro debía celebrarse anualmente.
El aspecto principal de Janucá, que significa “dedicación” en hebreo, es el encendido de la janukiá, o candelabro de nueve brazos, durante ocho noches. Entre las costumbres están comer comidas freídas en aceite y jugar con una pirinola de cuatro caras.
44 velas
En una caja de velas para la janukiá hay al menos 44 unidades, suficientes para que una persona la encienda cada una de las noches, lo cual se considera una mitzvá, u obligación religiosa. Algunas cajas incluyen velas extras, pues suelen romperse con facilidad. Las velas vienen en varios colores, tipos de cera e incluso olores. Según varias opiniones, la forma preferida de cumplir la obligación es usar aceite para el encendido.
Cuidado con las calorías.
Menor, pero muy popular
Aunque es una de las fiestas judías más conocidas y celebradas, es una festividad menor, en término de rituales, si se compara con la Pascua, o Pesaj, Rosh Hashana o Yom Kippur. Ni siquiera se menciona en la Torá.
Algunos dicen que ganó popularidad a final del siglo diecinueve entre los judíos estadounidenses debido a que coincide, a veces, con la temporada navideña. El calendario gregoriano, por el que se rigen las fiestas católicas, es diferente al judío.
Otros opinan que la razón de la popularidad es su alegría. Maimónides, un rabino de origen español, escribió que la mitzvá de encender la janukiá es incluso más importante que comprar vino para el Sabbath.
Una tiene 7 brazos; la otra, 9
El menorá es un candelabro de siete brazos utilizado en las sinagogas. La janukiá, por otro lado, tiene nueve y se usa es solamente durante Janucá. Debido a que aquella también puede llamarse menorá de Janucá, la confusión surge con frecuencia.
La tradición indica todas las velas de la janukiá deben estar al mismo nivel, salvo el shamash, la novena, que enciende las otras ocho, el cual debe estar un poco más elevada o por debajo.
Encendido en la dirección correcta
Un sistema de navegación GPS podría ayudar a organizar el encendido de la janukiá. De acuerdo al uso más aceptado, las velas se deben colocar de derecha a izquierda, que corresponde a la dirección en la que se lee en hebreo. Pero hay que encenderlas de izquierda a derecha, dándole mayor atención a la nueva vela primero.
Fuente: Israel21