WASHINGTON, EE.UU.- La promesa de Donald Trump de mover la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén es mucho más que un acto político. Para muchos judíos y cristianos de todo el mundo tiene un significado espiritual.
En primer lugar, es el reconocimiento de la revelación bíblica sobre la ciudad y su importancia. Además, se cree que el gesto puede influir en otros países a hacer lo mismo, el envío sería un mensaje global de reconocimiento de la ciudad antigua como la capital ‘de hecho’ del estado judío, algo que molesta al mundo musulmán.
El jueves (12), más de 250 líderes de Christians United for Israel [Cristianos Unidos por Israel], ministerio dirigido por el pastor John Hagee fueron a la capital Washington. Ellos se dirigieron al Capitolio, donde tratan de presionar al Congreso norteamericano para que autorice el cambio definitivo de la embajada de EE.UU. una vez que Trump tome posesión de su cargo el 20 de enero.
Representando a los evangélicos de diversas denominaciones, ellos recalcaron que no aceptan las recientes decisiones de las Naciones Unidas que ignoran las relaciones históricas de los judíos con su “capital eterna” y el Monte del Templo.
También se quejan de la postura de Obama, que clasifica, junto con la ONU, los asentamientos en Judea y Samaria como “territorio palestino ocupado”.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, llamó a la decisión de Estados Unidos de “vergonzosa” y la CUFI se hace eco de ello. El pastor John Hagee, fundador del ministerio, dijo a principios de esta semana: “Hay millones de cristianos sionistas que están enojados con el trato que el gobierno de Obama dio a Israel. Vamos a hacer oír nuestra voz en ambas cámaras del Congreso”.
Citando varios versículos de la Biblia, se hizo hincapié en que ningún hombre o nación puede anular las promesas de Dios, “por lo que estamos del lado de Israel y el pueblo judío”.
Nuevo embajador que promueve el cambio
Las dos medidas que la CUFI apoya se presentaron en el Congreso y en el Senado por el Partido Republicano. Una de las denuncias es la decisión de la Seguridad de la ONU contra Israel y la otra pide cortar por la mitad los fondos de seguridad para todas las embajadas de Estados Unidos y que la embajada sea movida a Jerusalén.
Promesa de campaña de Trump, del cambio de embajada fue defendido por el nuevo embajador estadounidense en Israel, David Friedman. Él es judío y un abogado de renombre que tiene un historial de alineación con el gobierno de Netanyahu.
Friedman ha expresado su deseo de trabajar para mantener la alianza con Israel. “Voy a trabajar sin descanso para fortalecer el vínculo inquebrantable entre nuestros países y promover la causa de la paz en la región. Y espero hacer eso de la embajada de EE.UU. a la capital eterna de Israel, Jerusalén”, dijo en su primera entrevista después de su nombramiento.