Las protestas por el veto migratorio en el seno de las propias instituciones estadounidenses sigue creciendo y ya son alrededor de un millar, un número inusualmente alto, los diplomáticos estadounidenses, que han firmado un documento presentado en el Departamento de Estado para protestar contra la medida.
"El Departamento de Estado puede confirmar que hemos recibido este 31 de enero el cable que expresa la disconformidad" de los diplomáticos, ha indicado una fuente de esa agencia estadounidense, que no ha querido especificar el número de firmantes "para poder respetar el proceso que permite" a los funcionarios de la agencia "expresar sus preocupaciones" en el llamado "canal de discrepancias" del Departamento de Estado, establecido para registrar las opiniones disconformes sobre ciertas políticas.
Sin embargo, según varios medios estadounidenses, entre ellos el diario The New York Times, el documento ha reunido alrededor de mil firmas de los casi 19.000 empleados del Departamento de Estado en todo el mundo, una cifra muy superior a la del resto de cables publicados en el "canal de discrepancias" en los últimos años.
Dicho canal se mantiene desde la guerra de Vietnam (1955-1975) para que los empleados puedan expresar su disconformidad a las altas esferas de la diplomacia estadounidense sin temor a represalias, y los documentos allí archivados deben recibir una respuesta oficial en un plazo de entre 30 y 60 días.
Pese a esa larga tradición, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, criticó duramente este lunes a los firmantes del documento, al asegurar que "deberían o bien ajustarse al programa o irse" de sus puestos en el Gobierno. Un problema que tendrá que gestionar Rex Tillerson una vez sea confirmado como nuevo jefe de la diplomacia estadounidense.