Los conflictos quedan a un lado cuando se trata de ayudar. Así lo demuestran hombres israelitas que compran suministros médicos para los niños que sufren de la guerra civil en Siria.
Hay emoción en el aire mientras miembros del grupo israelí Just Beyond Our Border prepara las cajas con diferentes tipos de medicamentos y equipos médicos para los niños afectados por la guerra civil en Siria. “Somos un grupo muy diverso procedentes de todos los ámbitos de la vida en la sociedad israelí, explica Yotvat Fireaizen Weil, miembro del equipo.
“Sentimos que hay miles de israelíes como nosotros que quieren ser parte de este trabajo, que se preocupan y están dispuestos a hacer un esfuerzo. Sé que cada uno de los medicamentos en estas cajas ayudará a los niños que tanto lo necesitan”. Just Beyond Our Border se asoció con Israeli Flying Aid, una organización que trabaja para enviar ayuda vital a la población civil.
El proyecto Just Beyond Our Border fue iniciado por un grupo de ciudadanos solidarios y de principios que se niegan a aceptar la indiferencia del mundo hacia la horrible masacre de civiles en Siria. La pregunta es: ¿No les molesta a los sirios recibir ayuda del «enemigo sionista», a quienes, según se les ha enseñado desde niños, deben odiar toda su vida?.
“Después de más de seis años de ayuda continua a los sirios, saben muy bien que su propio presidente, quien se comprometió a protegerlos de nosotros, es el que los asesina sin piedad, mientras que nosotros somos los que ponemos a un lado la política y permitimos que la compasión hable, haciendo todo lo posible para darles condiciones básicas de vida”, dice el fundador del Israeli Flying Aid, Gal Lusky.
“Nos sentimos muy emocionados”, dice Zohar Kaplan, miembro de Just Beyond Our Border. “Este es nuestro tiempo para hacer una declaración a los ciudadanos de Israel, que el pueblo sirio no son nuestros enemigos. Son nuestros vecinos, y como pueblo, necesitamos cuidar de ellos, y esto es lo que estamos haciendo. Tal vez en el futuro esto ayudará a entender que, en el otro lado de la valla fronteriza, somos simplemente seres humanos, como ellos”.