Anteriormente conocida por sus vastas aguas azul turquesa, la laguna de Atescatempa ha quedado reducida en los últimos años a apenas un puñado de charcas fangosas..
La laguna de Atescatempa, en el sur de Guatemala, se ha visto letalmente afectada por una grave sequía en apenas dos años. Antaño caracterizada por sus aguas azul turquesa y por su gran cantidad de peces, ahora no queda más en el lugar que un puñado de charcas fangosas cubiertas de conchas y barcas inmóviles, informa 'National Geographic'.
La desaparición de estas aguas no supone solo una catástrofe ecológica sino también social, ya que ha conllevado el fin de la pesca y del turismo de la ciudad, los dos principales motores económicos que permitían la supervivencia de los lugareños.
"Tenemos niños que se mueren por falta de alimentos", cuenta a la agencia AFP Héctor Aguirre, trabajador de la Mancomunidad Trinacional, un organismo de defensa para las comunidades indígenas en América Central. En Guatemala, la tasa de desnutrición entre los menores de cinco años se ha disparado en la última década.
"Dan ganas de llorar al ver todo el lago seco", se lamenta Wilman Estrada, un pescador de 17 años.
El Corredor Seco Centroamericano
Esta laguna se encuentra geográficamente en el llamado Corredor Seco Centroamericano, una región que abarca desde Guatemala hasta Panamá que se ha visto especialmente afectada por El Niño. Este fenómeno climático ha traído consigo temperaturas inusualmente altas y lluvias inferiores a los promedios que se registraban anteriormente, provocando en consecuencia severas sequías.
El aumento de este tipo de desastres naturales en los últimos años ha generado una toda una ola de refugiados: la ONU estima que desde 2008, alrededor de 22,5 millones de personas en el mundo han sido desplazadas forzosamente a causa de algún fenómeno climático. Muchos acaban migrando a las ciudades, donde a menudo se tienen que enfrentar al desempleo y se ven obligados a vivir en condiciones de hacinamiento.
Esta situación podría empeorar todavía más en el futuro. Según un estudio de 2013 publicado en la revista 'Nature', El Niño se volverá más frecuente a medida que aumente la emisión de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera.