La Policía Celestial, que opera en un país de mayoría católica, está integrada por cerca de 5,200 policías federales y locales, además de militares, algunos de ellos en activo, y su principal objetivo es eliminar la corrupción entre uniformados oficiales. Por su parte, las policías mexicanas están bajo los reflectores ante la explosión de la violencia en el país, pues en muchos casos las propias autoridades están coludidas con los criminales.
Guillermo Prieto, de 37 años y con un porte de gigante gracias a sus 1.94 metros de estatura, confía en alejar a los agentes de la corrupción principalmente a través de los "Operativos celestiales": visita corporaciones en todo el país para contar su pasado y acercar a los policías a sus creencias. Parte del testimonio que predica es la forma en la que acabó en prisión tras ser corrompido y dejar la policía federal.
Fue condenado a 25 años de prisión y dentro de la cárcel se juntó con un grupo de reos cristianos, con quienes inició su organización. "La consideramos la fecha en la que el fundador, o sea yo, me entregué a Jesucristo", dice Prieto. Pasó 15 meses en la cárcel y al momento de recibir sentencia, el fiscal en lugar de acusarlo comenzó a defenderlo. "Quien me sacó de la cárcel fue Dios, para servirle", dice Guillermo con devoción.
La organización que preside está estructurada como cualquier cuerpo de seguridad: hay distintos mandos territoriales y sus miembros llevan uniformes muy parecidos a los de un policía federal mexicano, aunque en lugar de un símbolo de seguridad llevan una cruz y una biblia. Ninguno de ellos va armado. La lógica es que una vez que los agentes conozcan sus testimonios y se acerquen al cristianismo, abandonen cualquier práctica corrupta y actúen conforme a las leyes.
"Hay personas que dicen 'creen que con una biblia van a poder hacer todo', y no estamos diciéndoles no usen sus armas, sino úsenlas como lo marca la ley", dice el ex agente. El reto es grande, pero mayor es Dios. "Aceptamos este reto porque sabíamos que no veníamos solos. Sabíamos que atrás de nosotros venía alguien importante que era Jesús", dice Prieto.
Fuente:expansion