Un misionero viene a su iglesia a hablar, y usted distraídamente se vuelve a Mateo 28:18 o Hechos 1:8. Como era de esperar, esta vez él hablará acerca de la Gran Comisión en Hechos:
Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Su sermón toca puntos familiares:
Jerusalén era su ciudad natal, y se suponía que debían evangelizar ahí primero. Judea era su área de origen. Ahora, Samaria era similar pero no idéntica a Judea, pero siguiente en la línea porque era un campo misionero cercano. Y por supuesto lo último de la tierra significa cualquier país extranjero.
En conclusión, el predicador agrega:
Nosotros todos somos llamados a ser misioneros (Yo tengo objeciones a eso, por cierto, véase abajo).
¿Cuál es su Jerusalén y Judea?
¿Cuál es su Samaria?
¿Cuál es lo último de su tierra?
¿Quiere Dios que usted predique su evangelio en una tierra extranjera?
(Quizás) Usted no debería ir a lo último de la tierra hasta que su Jerusalén esté evangelizada.
Gary: Puedo proponer que tenemos todo esto al revés.
Primero, veamos Lucas 24. Puesto que Lucas y Hechos son dos volúmenes del mismo autor, el último capítulo de Lucas y el primero de Hechos se superponen. En Lucas 24:45-49 Jesús habla acerca de la misión, en diferentes términos y con mayor detalle:
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Nótese los paralelos entre Lucas 24 y Hechos 1: Jesús demuestra que está vivo; la misión debe ser precedida por el don del Espíritu; luego el evangelio avanzará, específicamente desde Jerusalén, a todas las naciones. El nuevo dato importante de Lucas es que este programa viene de “las Escrituras” – en otras palabras, la Biblia predice no solo la muerte y resurrección de Jesús; también predijo que el Espíritu vendría (como en Joel 2:28-32); y que el evangelio avanzaría desde la ciudad de Jerusalén.
¿Dónde predijeron los profetas la última parte? La mayoría de los comentaristas han señalado a Isaías 2:3 –
Porque la enseñanza saldrá de Sión; de Jerusalén saldrá la palabra del Señor.
Así el gran padre de la iglesia Ireneo escribió, en Contra las Herejías 3.20 –
En cambio, con la venida del Señor, un Nuevo Testamento se extendió por toda la tierra, según habían dicho los profetas, como una ley de vida que habría de reconciliar los pueblos en la paz: «Porque de Sion saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra del Señor. El juzgará a muchas naciones, convertirá las espadas en arados y las lanzas en hoces, y ya no se prepararán para la guerra»
Matthew Henry, en sus comentarios sobre Ezequiel 47:1-2, habló de Jerusalén y dijo:
Allí fue que el Espíritu fue derramado sobre los apóstoles, y los dotó con el don de lenguas, para que ellos llevaran estas aguas a todas las naciones. Primero en el templo ellos debían levantarse y predicar las palabras de esta vida, Hechos 5:20. Ellos debían predicar el evangelio a todas las naciones, pero debían empezar en Jerusalén, Luc. 24:47.
Podríamos agregar Isa 66:18-19 –
Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones [en contexto, los escapַados salen de Jerusalén], a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.
La Biblia muestra que “empezando en Jerusalén” era el primer acto una vez y para siempre en el avance del evangelio: de Sión a cualquier nación que pueda nombrarse, Dios hizo que el evangelio avanzara por fuerza centrífuga. Como Jesús había dicho en Marcos 13:10, antes del fin de la edad “tendrá que proclamarse el evangelio a todas las naciones”; él y los discípulos estaban en el Monte de los Olivos en ese momento, frente a la Ciudad Santa. Esto también arroja luz sobre la afirmación de Pablo que “desde Jerusalén y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Rom 15:19).
Otra observación: hasta el día de Pentecostés, Jerusalén nunca fue la “ciudad natal” de los apóstoles. Con la posible excepción de Judas Iscariote, los apóstoles todos venían de Galilea en el norte. Como todos los judíos, ellos iban en peregrinaje a Jerusalén para las Fiestas, probablemente dejando atrás a sus esposas e hijos pequeños. Cuando Jesús fue levantado, ellos estaban quedándose en cuartos prestados. Jesús les dijo que regresaran a Galilea, para que lo vieran allí (Mar 16:7; Mat 28:10; Juan 21:1).
Así que los apóstoles temporalmente regresaron a sus ciudades natales en el norte.
Ellos luego volvieron a Jerusalén, regresando a Sión con el fin de posicionarse para salir de Sión en cumplimiento de los profetas. 40 días después de la semana de Pascua, ellos vieron a Jesús ascender al cielo. Ellos continuaron en la ciudad y ahí ellos reciben el Espíritu y predican el evangelio por primera vez. En Hechos 2-9 los Doce están viviendo y trabajando en Jerusalén, su nuevo pueblo adoptivo.
Muchos de los convertidos en el Día de Pentecostés eran judíos de la Diáspora, quienes más adelante regresaron desde Jerusalén a otras naciones en su mundo, llevando el evangelio a ellos, desde Sión. Debido a la persecución, los creyentes se trasladaron a Judea y Samaria (Hch 8:1).
Desde Jerusalén, Felipe fue a evangelizar Samaria, seguido por Juan y Pedro (Hch 8). Pedro evangelizó la costa del Mediterráneo, donde testificó al primer gentil converso (Hch 10-11). De acuerdo con la tradición, los apóstoles entonces se dirigieron a muchas naciones – yo acabo de leer una vieja historia que puede ser históricamente verdadera o no, acerca de cómo Andrés fue martirizado en Patras en el sur de Grecia.
Samaria era, como nos han enseñado a todos, extremadamente antagónica para los judíos, y el sentimiento era mutuo. Pero su significado en Hechos 1:8 no es simplemente que era un vecino de Judea: Samaria era una parte especial en el plan de Dios. Aunque los israelitas en el reino del norte se habían casado con paganos, aun así, ellos eran semi-israelitas, y adoradores de Yahvé. Así que, como el evangelismo de Jerusalén y Judea, este evangelismo de Samaria también era único – estaba diseñado para reunir a los creyentes de todas las doce tribus de Israel en Cristo.
Es por esta misma razón que Pablo, cuando llegaba a una nueva ciudad, se cercioraba de hablar primero en la sinagoga, para dar a los israelitas locales una oportunidad de recibir el evangelio desde Sión – él habló “en primer lugar para los judíos” (Rom 1:16).
De vuelta a nuestro predicador ficticio del principio de nuestra publicación. Mientras que yo estoy en desacuerdo con algunos aspectos de su exégesis, aun así, él hace algunos puntos válidos:
Aplicación 1. Sí, nosotros debemos compartir el evangelio dondequiera que estemos, en nuestra ciudad natal. Esto no es con el fin de cumplir el mandato de “Jerusalén” de Hechos, pero aún es una verdad cristiana: cuando alguien aplica para ser un misionero, primero deben demostrar que están practicando el evangelio donde ellos viven ahora mismo. ¿Para qué ir al extranjero para hacer algo que no se puede hacer en su cultura de origen?
Aplicación 2. La primera conversión gentil tuvo lugar en Cesarea (Hch 10-11), la capital romana de Judea y por ende una cabeza de playa pagana en la tierra prometida. Así que la primera misión a los gentiles no fue en un lugar lejano, sino en uno en el cual los conquistadores gentiles se habían establecido. Una manera similar de alcanzar “todas las naciones” hoy es trabajar con estudiantes internacionales que vienen a los Estados Unidos o a su lugar de origen a estudiar. Estados Unidos es el principal destino para estudiantes extranjeros; más de un millón de personas llegaron en el 2015. Otra excelente oportunidad es evangelizar aquellos que emigran a nuestra área desde otros países (por ejemplo, los musulmanes en América Latina), ya sea que usted piense que ellos deben ser sus vecinos o no.
Aplicación 3. No todo el mundo es llamado a ser un misionero, pero sin embargo todos nosotros debemos estar dispuestos a alejarnos de nuestra cultura de origen para llevar el evangelio al mundo. Esta es la verdadera definición de un “misionero,” alguien que es enviado de un lugar a otro. Todas las agencias misioneras están informando que el número de misioneros norteamericanos está en fuerte decadencia; los baby boomers están retirándose, y poca gente joven quiere adquirir ese tipo de compromiso. Mientras tanto, hay más y más misioneros saliendo de América Latina.
Yo supongo que hay dos errores que una iglesia podría cometer. Uno es ser débil en misiones, pero fuerte en evangelismo local; el otro es ser generosa con las misiones “allá” pero ignorar su propio lugar. Mi experiencia ha sido que las personas que son fuertes en una esfera también son fuertes en la otra. Desafortunadamente, “concentrarse en Jerusalén” algunas veces significa, no el evangelismo local, sino invertir en mejoras de construcción para que los perdidos locales sean traídos con mayor facilidad al edificio de la iglesia. Y por supuesto, ¡algunos “apóstoles” justifican su nuevo avión por decir que es para alcanzar los fines de la tierra!
No todos en nuestra ciudad de origen vendrán a Cristo, pero debemos planear para que al menos escuchen el evangelio. Sin embargo, nosotros podemos o debemos llevar el evangelio a otras culturas y tierras antes de que tengamos nuestra propia ciudad completamente en orden.
“’De Jerusalén hasta lo último de la Tierra’ – ¿Hemos malinterpretado Hechos 1:8?” por Gary S. Shogren, Profesor de Nuevo Testamento, San José, Costa Rica