Unos la odian, otros no saben nada de ella, otros la aman en exceso, otros queremos amarla con la correcta comprensión de lo que representa en la historia de la cristiandad. Ahora que se acerca el aniversario de La Reforma Protestante, he querido escribir algo al respecto.
Los que la odian
Es lógico que el catolicismo romano aún sienta cierta aversión en contra de la Reforma Protestante y, sobre Martín Lutero especialmente, sin embargo, durante la post reforma han habido intentos de lograr unidad entre católicos y protestantes, aunque se han logrado ciertos avances, tristemente hasta el día de hoy no se han logrado acuerdos en puntos fundamentales de la doctrina, específicamente en la doctrina de la justificación sólo por fe, la Iglesia Católica Romana aún mantiene vigentes sus posiciones acordadas en los concilios ecuménicos que han celebrado, principalmente en el Concilio de Trento, celebrado entre los años 1545 al 1563.((http://www.es.catholic.net/op/articulos/25248/cat/949/concilio-de-trento-anos-1545-1563.html))
Lo que me parece ilógico es que existan cristianos evangélicos que demuestran cierto grado de odio cuando se refieren a la Reforma Protestante, considero que el problema se debe principalmente a que este grupo de creyentes con una motivación sincera desean evitar caer en idolatría por lo que actúan de una manera que para ellos es preferible rechazar lo que aconteció en La Reforma o bien, rechazar y demostrar su antipatía hacia los reformadores como Martín Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zwinglio, John Knox, entre otros.
Considero que parte del problema también se debe a que han descubierto los pecados y errores que los reformadores cometieron, lo cuál para ellos es suficiente para desacreditarlos y así, privarse ellos mismos de la sabiduría que Dios nos ha dejado a través de estos hombres. Algo innegable es que lo que ahora gozamos como Iglesia Evangélica es gracias a lo que Dios hizo desde que estalló La Reforma por medio de Martín Lutero y sus 95 tesis clavadas en la Catedral de Wittemberg en Alemania. Recordemos que La Reforma Protestante es un llamado hacia las Escrituras, es un llamado a volver hacia las verdades fundamentales del Evangelio ¿qué de malo hay en eso?
Si en la providencia de Dios, algún creyente con este comportamiento se encuentra con este escrito, aprovecho para decirle lo siguiente: “No te juzgo hermano o hermana, comprendo tu posición y tu deseo sincero por agradar a Dios, sin embargo, apelo a tu corazón y a las demandas de las Escrituras hacia nosotros los creyentes, no reacciones de una manera inadecuada y pecaminosa en contra de aquellos que creen diferente que tú, principalmente si estás en contra de los que aman La Reforma, si consideras que están equivocados, que esa consideración no te lleve hacia actitudes de irrespeto e insulto, el amor debe prevalecer.”
Los que la ignoran
Me he percatado que la gran mayoría de cristianos evangélicos desconocen del por qué somos llamados protestantes hasta el día de hoy, o si algunos lo saben, lo saben de manera superficial. Creo que el problema principalmente se debe a que los que enseñan o predican la Palabra de Dios han ignorado consciente o inconscientemente la historia de la Iglesia. Nuestra mayor riqueza como cristianos es la Biblia, y la Biblia es nuestra máxima norma de fe, sin embargo, en la historia post-bíblica, Dios ha seguido obrando por medio de la Iglesia de Su Hijo Jesucristo. El acontecimiento de la Reforma Protestante es algo que ha marcado la historia y la vida de la Iglesia. Luego de la llamada Edad Oscura o la Edad Medieval, cuando surgió La Reforma, el llamado que inició Martín Lutero a la Iglesia fue el llamado para reformar lo que se había torcido durante los siglos pasados, la idea de Lutero no consistía en dividir la Iglesia, sino, corregir las desviaciones doctrinales y las prácticas pecaminosas de los líderes eclesiásticos de su época, sin embargo, Martín Lutero no fue escuchado, lo que provocó el segundo gran cisma de la Iglesia Católica, a partir de allí, todos los que se adherían a las ideas de Martín Lutero empezaron a ser llamados protestantes. Comprender los principios doctrinales que los reformadores articularon para una mejor comprensión del Evangelio es una riqueza para nosotros hasta el día de hoy, principios como Sola Scriptura (Sólo la Escritura), Sola Gratia (Sólo por Gracia), Sola Fide (Sólo por Fe), Solus Christus (Sólo en Cristo) y Soli Deo Gloria (Sólo a Dios la Gloria) nos ayudan a ver que la gloria es de Dios única y exclusivamente. Si has leído o escuchado de esto de manera superficial o no conoces sobre estos acontecimientos te invito a que profundices y veas cómo Dios se ha glorificado a través de la historia de la Iglesia y por medio de hombres falibles como tú, y como yo.
Los que la aman en exceso
Del amor podemos pasar a la obsesión, y me he encontrado con hermanos que se han obsesionado con La Reforma Protestante, lamentablemente se han estancado en la burbuja de La Reforma privándose asimismos de la riqueza que hay más allá de ella. He visto debates acalorados sobre la fe reformada en las redes sociales, yo mismo caí en ese error en algún tiempo (y que solo la gracia de Dios me hizo comprender), he visto a las personas caer en el problema que el Apóstol Pablo atacó en Corinto:
“Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?” — 1 Corintios 1.11–13, RVR60
¿Quién es más reformado? ¿el calvinista de cinco puntos? o, ¿el calvinista de veinte puntos? (ironía). ¿Es más reformado el cesasionista que el continuacionista? ¿Es más reformado R.C. Sproul que John MacArthur o John Piper?. Considero que el más reformado es aquel cuyo trabajo del Espíritu Santo en su alma se refleja por Su fruto: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gal. 5.22-23), reformado es el que permanece en una transformación progresiva, reformado es aquel que batalla con su pecado y avanza en su santificación, yo me considero un cristiano en reforma, pecador aún pero justificado por la fe en Jesucristo, creo en las doctrinas de la gracia, me encantan las confesiones de fe reformadas, creo en la fe reformada, pero considero que aún más allá de la fe reformada puede haber riqueza y valor para nosotros. ¿Eran David Wilkerson y Leonard Ravenhill reformados? No, sin embargo, fueron titanes del Evangelio.
Los que amamos la reforma
Veo que el Gran Reformador antes que Martín Lutero fue y es el Espíritu Santo de Dios, por la providencia divina y por el trabajo del Espíritu Santo estalló La Reforma Protestante en manos de Martín Lutero, no podemos jamás obviar ese gran despertar, amo el lema en latín de los reformadores Post Tenebras Lux que significa Después de la Oscuridad, Luz; ese acontecimiento ha marcado mi vida, desde que descubrí lo que aconteció aún desde los pre-reformadores no dejo maravillarme, sólo quiero leer y aprender más sobre La Reforma, sin embargo, jamás perderé de vista que todo lo que ha acontecido es por la providencia y la soberanía de Dios, Dios es el orquestador de todo, admiro a los grandes reformadores falibles, veo cómo la gracia de Dios se manifiesta a través de ellos, hombres llenos de defectos y pecados, pero a Dios le plació levantarlos como hombres aguerridos y valientes, dispuestos a ser quemados vivos por amor a Él, hombres que han dejado un legado para la posteridad, maestros para nosotros hasta el día de hoy. Y, aunque amo La Reforma Protestante, sé que Dios obró también de formas maravillosas más allá de ella, antes y después Dios ha seguido haciendo maravillas, el Evangelio de Jesucristo ha seguido siendo anunciado y pecadores han seguido siendo salvados por la preciosa y gloriosa gracia de Dios.
¡Soli Deo Gloria!
Walter Jolón es fundador del Ministerio Evangelio Verdadero, es Pastor de Enseñanza y Predicación en la Iglesia Casa de Gracia, una iglesia sana centrada en el evangelio en Palín, Escuintla, su ciudad natal al sur de Guatemala; está casado con Jackelinne desde hace diecisiete años, Dios los bendijo con dos hijos, Oliver y Fabrizio. Walter es parte de la red Acts29.com