Cuando miramos lo que sucede en el mundo, que millones se van al infierno, teniendo consiencia de que hay un cielo y un infierno, no podemos hacer mas que quebrantarnos ante la presencia de Dios por misericordia.
Según la tradición hindú, al tirar a menores de al menos un año de edad sobre una montaña de excrementos de vaca se consigue procurarles buena suerte y salud.
Cada mes de octubre, en el marco de la festividad india de Govardhan Puja, los vecinos de la localidad de Betul (estado de Madhya Pradesh) se reúnen para dejar caer a sus niños sobre una montaña de estiércol. Según la tradición hindú, cree que este ritual trae suerte y salud a los menores, informa 'India Today'.
La práctica tiene siglos de antigüedad y está vinculada con la importancia de la vaca, de la que proceden los excrementos, para el hinduismo. Para esta religión es un animal sagrado.
Los habitantes de la localidad acumulan el estiércol para el ritual en montículos durante semanas, recoge Infobae. En la celebración participan niños de al menos un año de edad.
El video que le compartimos tiene como finalidad el recordar el pasaje de Ezequiel 22:30, “Busqué entre ellos alguno que levantara muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la tierra, para que no la destruyera, pero no lo hallé” Ezequiel 22:30
Son las palabras de Dios, en respuesta a la desazón sufrida por un pueblo que no encontraba explicación al dolor provocado por el despojamiento de su tierra, la destrucción de Jerusalén y de su templo. El cautiverio babilónico sufrido por los sobrevivientes de Israel ante la invasión de parte de Nabucodonosor rey de Babilonia.
Junto al río Quebar en Babilonia, ese era el lugar donde muchos Israelitas se reunían a llorar su desolación. Es allí donde vendría la mano de Dios sobre Ezequiel, un sacerdote que junto a su pueblo buscaba una explicación a tan grande desolación. Dios usaría a este varón, para traer su palabra a su pueblo. Dios usaría a este varón para mantener la fe y el testimonio durante este duro tiempo que les tocaría vivir como nación.
En el Salmo 137 se registran algunos aspectos que reflejan la condición espiritual de este remanente en cautiverio: “Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos y llorábamos acordándonos de Sion. Sobre los sauces, en medio de ella, colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían cánticos, los que nos habían desolado nos pedían alegría…¿Cómo cantaremos un cántico de Jehová en tierra extraña? Si me olvido de ti, Jerusalén, pierda mi diestra su destreza.”
No podían superar su dolor y lo más, no podían hallar razón a su condición. Es allí donde el Espíritu de Dios se revelaría a Ezequiel, para traer respuesta a la condición de su pueblo. El Espíritu de Dios tomaría a Ezequiel y le trasladaría a Jerusalén, para mostrarle cuan justo había sido en su juicio y trato con su pueblo, así les declara: 1.- MIS PROFETAS se conjuraron en medio de ella, solo pensaron en sacar beneficios personales, como león rugiente que arrebata la presa. Devoraron vidas, tomaron haciendas y honra solo para sí, multiplicaron sus viudas en medio de ella, contaminaron y tergiversaron mi Palabra, profetizando vanidad y prediciéndoles mentiras. Ezequiel 22:25y28. 2.-MIS SACERDOTES violaron mi ley y contaminaron mi santuario; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre lo inmundo y lo limpio. Yo he sido profanado en medio de ellos. Ezequiel 22:26 3.-MIS GOBERNANTES han sido como lobos que arrebatan la presa; derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas. Ezequiel 22:27 4.-MI PUEBLO sobre esta tierra oprimía y robaba; al afligido y necesitado hacía violencia y al extranjero oprimía contra derecho. Ezequiel 22:29 Su Juicio sobre los profetas, el sacerdocio, los gobernantes y sobre el pueblo.
Sobre ellos viene la decepción del Señor: “Busqué entre ellos un hombre que levantara muralla y que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyera; pero no lo hallé” “Por tanto, derramaré sobre ellos mi ira. Con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová, el Señor” Ezequiel 22:30 y 31