"La situación allí es lo más parecido al día del Juicio Final".
La descripción a un medio británico del subdirector de la organización humanitaria "Cascos Blancos" (White Helmets, en inglés) en Siria, Mounir Mustafá, da crédito a lo que ocurre en Guta Oriental, un suburbio de la capital controlado por rebeldes.
Después de dos días de intensos bombardeos por las fuerzas leales al gobierno de Bashar al Asad, al menos 250 personas murieron, entre ellos más de 50 niños, y más de 1.200 resultaron heridas, según un informe del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de monitoreo con sede en Reino Unido.
La cifra de víctimas no se ha corroborado de forma independiente, aunque la ONU advirtió este martes que la situación allí es "una espiral fuera de control" y pidió a los dos bandos un alto al fuego para socorrer a los heridos.
Guta Oriental, una región agrícola de unos 400.000 habitantes, es el mayor reducto cerca de la capital Damasco que aún continúa bajo control de las fuerzas rebeldes.
Para muchos analistas, va en camino a convertirse en "un nuevo Alepo", debido a que está cercado por comandos leales a Al Asad.
"Este ha sido el peor ataque en un solo día que se ha visto en Siria en años. La gente está muy temerosa y cree que todo esto conducirá a un nuevo Alepo", señaló la corresponsal de la BBC en Medio Oriente, Lina Sinjab.
"Los ataques en Guta Oriental no sólo mataron a civiles, sino que atacaron sus principales fuentes de supervivencia: panaderías y bodegas donde se almacenaban alimentos", señaló.
El bombardeo también pone entonces en duda la idea acordada por los gobiernos de Moscú, Teherán, Damasco e incluso Ankara el pasado mes de mayo, de crear cuatro zonas para desescalar el conflicto interno, entre ellas la región de Guta Oriental.
La intención era crear espacios de cese el fuego para ir "pacificando" el país tras siete años de violentos enfrentamientos, que han dejado detrás unos 320.000 muertos y más de cinco millones de personas desplazadas.
"No sólo acabaron con la vida de muchas personas, sino que los bombardeos también destrozaron las principales carreteras, lo que hizo imposible el movimiento de las ambulancias para aliviar a los heridos".
"Y el número de muertos fue tan elevado porque los hospitales estaban destruidos", agregó.
"Es una masacre"
El violento bombardeo de este lunes sólo agravó una situación que es crítica desde hace más de seis meses.
El canciller ruso Sergei Lavrov desestimó el diagnóstico de los organismos de socorro, al señalar que los problemas humanitarios "estaban siendo inflados en la ONU".
"La única solución podría ser que algún organismo internacional le ponga presión a Al Asad por la muerte indiscriminada de civiles, la crisis humanitaria y los crímenes que se están cometiendo allí", concluyó Haid.
FUENTE: BBC