Las esporas de este agente nocivo pueden permanecer activas entre 250 y 1300 años tras la muerte del cuerpo infectado.
Los expertos del Centro Antistikhia han advertido sobre el peligro que supone que se descongelen los restos de animales portadores de ántrax enterrados en el extremo norte de Rusia. Este ganado infectado podría explicar el fallecimiento hace dos años de un niño en la región de Yamal.
Se prevé "un deshielo del permafrost [la capa de suelo permanentemente congelado de las regiones muy frías o periglaciares], desde la región de Arjánguelsk hasta Yakutia, Kolymá y el sur de Siberia", dijo el jefe del programa climático del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de Rusia, Alexei Kokorin. El experto opina que el ántrax no puede ser completamente erradicado.
Por su parte, el especialista en ántrax y jefe de laboratorio en Obolensk, Leonid Marinin, apunta datos alarmantes: "La forma de esporas del agente causal del ántrax vive durante mucho tiempo, esta es su peculiaridad; mantiene la actividad fuera del organismo vivo durante unos 250 años. Existe la posibilidad de que pueda existir por 1.300 años. Una vez que surgen las condiciones, comienza a actuar".
Los signos del ántrax son la aparición en la piel de carbunclos rojos, que posteriormente se vuelven negros. La enfermedad tarda unos doce días en desarrollarse antes de que se pueda sentir. Pero lo más peligroso no es el contacto con humanos infectados, sino con los animales. La carne contagiada se puede vender sin que se conozca este hecho y ser consumida por humanos. Si no se trata a tiempo, el ántrax es mortal.
Los expertos proponen elaborar un mapa detallado de tumbas de ganado, así como de cementerios y tumbas humanas para examinarlos detalladamente. Esto podría ayudar a prevenir focos de dispersión de las esporas, como los ríos cercanos a esas fosas.
Pese que en Rusia no ha habido infecciones de antráx a gran escala en más de medio siglo, en los últimos años se registraron algunos brotes esporádicos: en 2006 en Penza y Tambov, en 2010 en Omsk, en 2014 en Baskortostán y en 2016 en Yamal. Todas ellos tuvieron como focos cementerios de ganado.