El laboratorio británico, que estudia sustancias venenosas, se encuentra cerca de la ciudad Salisbury, donde fueron envenenados Serguéi y Yulia Skripal.
Gary Aitkenhead, el jefe del centro británico para exploración de sustancias venenosas en Porton Down, afirmó ayer a la BBC que no podría haber fugas de sustancias tóxicas de sus laboratorios y que el hecho de que Serguéi Skripal y su hija Yulia fueran hallados después de haber sido envenenados relativamente cerca de su laboratorio es una coincidencia.
Aitkenhead agregó también que las estrictas medidas de control del laboratorio no permiten que algo peligroso "se filtre más allá de las cuatro paredes de la instalación", que se encuentra cerca de Salisbury.
De esta manera, según un portavoz de la embajada rusa en Londres, Aitkenhead básicamente confirmó el hecho de que el laboratorio británico desarrolla y estudia nuevos componentes de agentes de guerra química, recoge RIA Novosti.
"Cabe destacar que Aitkenhead no negó la existencia de arsenales de armas químicas, incluidas la sustancia A234 que, según las declaraciones oficiales de la parte británica, fue utilizada para envenenar a la familia Skripal y el sargento Nick Bailey", aseveró el representante de la embajada.
Asimismo, el portavoz recordó que el ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, también confirmó la existencia de las muestras de este agente en el Reino Unido durante una entrevista con Deutsche Welle.
El 4 de marzo de 2018, Skripal y su hija Yulia fueron envenenados con un agente nervioso en la ciudad británica de Salisbury, un hecho que Londres atribuyó a Moscú sin presentar pruebas al respecto. Por su parte, Rusia aseguró que "no tiene nada que ver" con el ataque y solicitó acceso a la investigación.