Las distintas enfermedades que afrontó, no opacaron su fe. Dianna Hobbs es una ferviente predicadora que ahora vive para testificar sobre el poder de Dios. Según God Reports, Hobbs entregó su vida a Jesús a la edad de 5 años. Desde muy pequeña ya predicaba del amor de Dios, desarrollando una vida de oración y comunión con su Creador.
En el 2015, Hobbs desarrolló una grave enfermedad en los ojos que la dejaría ciega. "Fui al mejor oftalmólogo en el oeste de Nueva York, me dijo: Estarás ciega dentro de cinco años y no hay nada que puedas hacer”, explicó Hobbs. Devastada por la noticia, Hobbs y un amigo, confiando en el poder de la oración, se entregaron al clamor a Dios, recibiendo así su pronta sanidad.
Durante los siguientes años, le vinieron otros problemas de salud. Cuando fue al doctor, le detectaron artritis reumatoide y fibromialgia, le dijeron: “Lo máximo que podemos hacer por ti es controlar el dolor". En ese momento de desesperación, pensó: "Dios, soy tu hija, te amo y te sirvo, ¿por qué permites que me pase esto a mí?”. Hobbs sabía que Dios podía obrar un milagro, pero su propia duda impedía que el milagro se realice.
En una noche de oración, su esposo Kenia la llevó a la iglesia. De pronto, una vieja amiga apareció diciendo que Dios quería que se orara por la sanidad de Hobbs. Cuando la congregación se unió alrededor de Hobbs para orar, sucedió algo indescriptible. “Sentí como una mezcla de fuego y electricidad recorriendo todo mi cuerpo, sentí el poder de Dios en mí”, testificó Hobbs.
Luego de esta experiencia sobrenatural, los médicos que la atendían quedaron atónitos al no encontrar ningún rastro de enfermedad en su cuerpo. “Vi el milagro obrado por la poderosa oración de un pueblo unido”, expresó Hobbs.
“Todo es nuevo en mí, Dios me ha dado gran compasión por los enfermos y ahora entiendo que las pruebas son para la gloria de Dios”, concluye.