Un hombre armado que gritaba “todos los judíos deben morir” irrumpió el sábado en una sinagoga de la ciudad durante la celebración del sabbat.
"Todos los judíos deben morir" gritó Robert Bowers al entrar en la sinagoga The Tree of Life (El Árbol de la Vida) en Pittsburgh, la segunda ciudad más grande de Pennsylvania, en EEUU.
A continuación, abrió fuego contra las entre 45 y 55 personas congregadas en el templo. El individuo portaba un fusil de asalto AR-15 y varias pistolas.
Al parecer era un antisemita, que acusaba en sus redes sociales a los judíos de controlar el gobierno de Trump, y les denominaba "hijos de Satanás".
La sinagoga celebraba el sabbat, el día sagrado en la semana judía. El oficio había comenzado a las 9.45 de la mañana, hora local.
El resultado son al menos once muertos, incluyendo dos personas que habrían tratado de esconderse en el sótano de la sinagoga; y un número indeterminado de heridos, aproximadamente una decena (entre ellos dos policías), algunos en situación crítica.
La matanza podría haber sido mucho más terrible, porque Bowers ha abierto fuego en el tercer piso del edificio, en el que se suelen celebrar a esa hora actividades con niños que providencialmente habían sido canceladas ayer.
Cuando llegó la policía a The Tree of Life, Bowers hizo frente a los agentes e hirió a tres de ellos en el tiroteo. El asesino, que también habría sido herido, aunque su vida no corre peligro, ha sido detenido.
La situación en el interior de la sinagoga era "terrible", dice la policía. "Es una de las peores escenas que he visto en mi vida" relatan. Aun así, ha apuntado, la actuación de la policía ha evitado que el resultado fuera peor.
La investigación sobre lo ocurrido recaerá en el FBI porque consideran que se trata de un delito de odio Las causas de la matanza se desconocen, aunque la prensa estadounidense especula con una posible motivación neonazi por parte de Sheehan. La policía de Nueva York ha aumentado la seguridad en las sinagogas en la ciudad después del tiroteo en Pittsburgh.
DECLARACIONES DE TRUMP
El presidente de EE UU, Donald Trump, a pie de pista en un aeropuerto en Washington ha dicho que sigue el desarrollo de los tiroteos "de cerca". "
Es algo terrible, terrible, lo que está pasando en nuestro país con el odio. Hay que hacer algo". Trump se ha mostrado sorprendido de que hubiera "un maníaco" con armas en la zona y que la sinagoga no contara con seguridad armada. "Quizá las cosas hubieran sido distintas si hubiera habido alguien armado", ha añadido. "Ver este tipo de tiroteos (en EE UU) desde hace tantos años es una pena".
El presidente ha añadido que lo ocurrido “tiene poco que ver con las leyes que permiten llevar armas” y ha añadido: “Cuando la gente hace esto deberían ser condenados a muerte”.
CONDENA DESDE ISRAEL
El presidente israelí, Reuvén Rivlin, emitió sus condolencias por las víctimas en el tiroteo, y condenó "este horrible suceso".
"Estamos pensando en nuestros hermanos y hermanas, toda la casa de Israel, en este momento de dificultades", aseguró Rivlin en un comunicado, en el que dio ánimos a "las familias de quienes fueron asesinados" y anunció que orará "por la rápida recuperación de aquellos que resultaron heridos".
Expresó su confianza en los cuerpos policiales estadounidenses y añadió que está "seguro de que los organismos encargados de hacer cumplir la ley" investigarán a fondo los hechos.