Los panameños conocemos el poder de un sello de correos. Basta recordar aquel que mostraba el volcán nicaragüense Momotombo, humeante y amenazador, y que hizo que el Congreso estadounidense decidiera que la mejor opción para un canal por el centro de América era Panamá.
Ayer se presentó en España un sello de correos que conmemora dos importantes efemérides. Por un lado, el 450 aniversario de la publicación de la primera traducción al español de la Biblia, hecha por Casiodoro de Reina. La conocida como Biblia del Oso vio la luz, a pesar de la Inquisición, en 1569. Una traducción que cambió para siempre nuestra relación con la fe y nuestra lengua.
“… este sello, lo que celebra, es transformador. Unas pocas personas, transidas por un mensaje apasionante, cambiaron la historia. Ojalá este acierto filatélico e institucional nos reconcilie con la Biblia y con el amor al prójimo”
También conmemora los 500 años de la reforma protestante, celebrados en 2017, pero que no tuvo en España un sello conmemorativo. (El Vaticano sí). La Reforma y su influencia están fuera de toda discusión y su principio de “sola scriptura” vino a transformar el pensamiento teológico y social de Occidente.
Este es el primer sello protestante de la historia de España. A pesar de la laicidad pregonada por el Estado, las iglesias protestantes siguen teniendo trabas institucionales para sacar adelante iniciativas como esta, que tuvo origen en Ourense, Galicia, y que se denegó al principio. La libertad religiosa no ha de ser solo una ley, ha de ser un ambiente institucional propicio para que los ciudadanos puedan expresarse y poner en valor hechos tan relevantes como estos.
Pablo, el apóstol, quiso visitar España cuando no era católica. Parece mentira que un país laico haya resistido tanto para poner en circulación un sello que celebre estos dos eventos que cambiaron tantas cosas, comenzando por la lengua y la literatura hasta hoy.
Tomemos nota: este sello, lo que celebra, es transformador. Unas pocas personas, transidas por un mensaje apasionante, cambiaron la historia. Ojalá este acierto filatélico e institucional nos reconcilie con la Biblia y con el amor al prójimo, aunque no piense ni sienta como nosotros.