Constantino Bada acaba de defender en Salamanca su tesis sobre la Biblia del Oso: “si algo aprendemos de la vida de Casiodoro de Reina es que la Palabra de Dios no hay quien la pare”.
Uno de los tesoros de la literatura española es la conocida como Biblia del Oso, la traducción que Casiodoro de Reina realizó en el siglo XVI al idioma castellano de las Escrituras. Esta traducción es la base de la que hoy sigue siendo la versión de la Biblia más difundida en el ámbito hispanohablante, la “Reina-Valera”.
A pesar de su conocimiento a nivel evangélico, en el ámbito cultural y social no se trata de una obra demasiado conocida. Recientemente el académico de la Lengua Española Antonio Muñoz Molina decía que esta traducción era una “joya olvidada” del Siglo de Oro.
Pero poco a poco se va reconociendo el valor de esta Biblia, y a ello sin duda ayudará la tesis que acaba de defender en Salamanca Constantino Bada, sacerdote y profesor de Sagrada Escritura, Hebreo y Orígenes del Cristianismo en el Seminario Metropolitano de Oviedo.
En la entrevista concedida a Protestante Digital, el autor de esta tesis defiende la autoría única de Casiodoro de Reina de la Biblia del Oso y ensalza la figura de quien fue “un adelantado a su tiempo”.
Constantino Bada estará este viernes en la Universidad de Sevilla, donde dictará una conferencia sobre los protestantes en la Sevilla del siglo XVI.
P. ¿Cómo surge su interés por estudiar la Biblia del Oso?
R. Antes del sacerdocio era traductor de idiomas, de formación filológica. Tras el seminario me enviaron a Roma a estudiar teología bíblica y luego arqueología en Israel. Después me pidieron que hiciese un doctorado, y quise hacerlo en la pontificia de Salamanca. Allí diría que el tema me encontró a mí, en la figura de José Manuel Sánchez Caro, rector de esta universidad, profesor de sagrada Escritura muy brillante, que me propuso esta aventura: investigar sobre una de las joyas desconocidas del siglo del Oro, la Biblia del Oso, de un autor llamado Casiodoro de Reina, que era una laguna no investigada en el ámbito español. Así que me encontré con Casiodoro de Reina, con el momento histórico del siglo XVI, investigando en los archivos del Reino Unido y siguiendo los pasos de un gran investigador, A. Gordon Kinder, que tiene una obra magnífica en torno a los reformados del siglo XVI.
P. ¿Cuánto tiempo le ha llevado esta investigación?
R. Han sido varios años. La investigación se hubiera desarrollado en tres o cuatro años, pero se paró durante un tiempo por enfermedad mía y por ausencia del director, que fue nombrado director de la Casa de Santiago en Jerusalén. Estaba casi terminada pero faltaba una parte importante, hasta que finalmente la he presentado este mes de enero.
La tesis consta de dos partes: la primera es una introducción general al momento histórico, a la figura concreta de Casiodoro de Reina, de la traducción en sí, que es un proceso muy interesante aunque complicado. Luego vino lo más difícil, la segunda parte, que es una comparación filológica-exegética para demostrar hasta qué punto la Biblia del Oso es una obra original, traducida de las lenguas bíblicas originales; hasta qué punto es verdad que es el autor único de esta obra; y hasta qué punto es verdad que no utilizó otras traducciones para ayudarse. Esto me llevó a la comparación de dieciocho textos, doce del Antiguo y seis del Nuevo Testamento, de numerosísimas versiones que tuve que analizar fragmento a fragmento, palabra a palabra. Es una obra, según decía el director de la tesis, realmente titánica.
P. Así como su obra, la figura de Casiodoro de Reina no es demasiado conocida. ¿Por qué quiso llevar a cabo esta traducción de la Biblia?
R. Casiodoro de Reina es un adelantado de su época. En Sevilla, en su monasterio, lo eran también. En esta época no había todavía demasiada diferenciación entre las corrientes que venían de Europa, el luteranismo, el erasmismo. Eran movimientos siempre sospechosos, sabemos la situación que se vivía. En Sevilla había un movimiento con ganas de reforma, sobre todo una reforma que regresara a las fuentes. Es un momento muy especial del siglo XVI en la teología bíblica: hay dos corrientes. Una dice que 'debemos seguir con la sacrosanta Vulgata, y no acudir a ningún texto que no sea el latino oficial de la iglesia'. Y otra que decía: 'no, volvamos a las fuentes, a las lenguas originales -hebreo, griego y arameo- para poder tener una visión de primera mano'. En estas reyertas académicas algunos quedaron mal parados, por ejemplo Fray Luis de León o Constantino Ponce de la Fuente, que pasó de magistral catedralicio a la cárcel, y parece que llegó a suicidarse en momentos muy tristes.
Por eso Casiodoro era un adelantado, y por serlo, junto con aquel grupo de monjes, tuvo que huir, cuando se prohibió su labor de modo tajante. Aunque no estaba prohibida la traducción de la Biblia al castellano, lo que estaba prohibida era la traducción de todos los textos bíblicos. A Casiodoro se le ocurre traducir toda la Biblia completa a partir de los textos originales y de modo impreso. No pudo hacerlo en España, así que lo hizo en Basilea, donde se publica la obra en 1569. Lo pudo hacer porque tenía conocimientos de las lenguas hebrea, griega y aramea, así como del latín, que le permitieron bandearse entre distintas traducciones.
Lo que he demostrado es que él -y solo él- fue el autor, lo que no quita que tuvo ayudantes en la tarea correctora, como son Antonio del Corro o Gaspar de Zapata. Son personajes que están ayudando, pero en obras menores. Casiodoro es el único autor de la Biblia del Oso.
En la investigación uno se siente como un Indiana Jones exegético. Estuve en Londres, en Cambridge, y en Oxford, buceando en manuscritos para poder ver cómo se estaba traduciendo la Biblia en el siglo XVI. Casiodoro hizo una labor impresionante, aunque luego tuvo que copiar en algunos textos de la carta de Santiago -porque había perdido algunos manuscritos- de la versión de Juan Pérez de Pineda.
P. Por lo que nos cuenta, la vida de Casiodoro parece que fue muy complicada.
R. Casiodoro fue perseguido por la Inquisición, quemado en efigie en 1562. Él había huido de Sevilla en 1557. Pero cuando aquí en España se quemaba a la católica, en Ginebra estaban flambeando a la calvinista. Allí habían quemado a Miguel Servet, y Casiodoro al llegar a Ginebra y ver el lugar donde había sido quemado Servet, parece que hizo una especie de inclinación de respeto, y por ello fue nombrado persona non grata. Así que terminó saliendo de Ginebra hacia Inglaterra. Allí también se levantaron sospechas hacia su persona. Su confesión de fe parecía siempre peligrosa. Los calvinistas sospechaban, luego pasó a ser luterano, y estos no le perdonaban haber sido calvinista en un principio. Luego para todos era sospechoso de ser filocatólico, porque era un ex-monje. La reina que le dio una pensión luego se la quitó cuando se casó, e incluso fue acusado de sodomía. Seguramente la acusación había sido orquestada y querían impedir la labor que llevaba a cabo.
En España también mantenían su oposición a Casiodoro. Encontré en Granada un documento de 1568 donde dicen, de modo jactancioso, que la obra de Casiodoro de Reina no había entrado en estos reinos. Claro, ni siquiera aún se había publicado.
Pero luego intentaron meterla en España, con barriles con doble fondo, hasta le pusieron portadas falsas, por eso se prohiben varias versiones distintas por la Inquisición, no solo la del Oso.
Se hicieron 2.600 unidades de la Biblia del Oso, de los que ya quedan muy poquitos, y son auténticas joyas.
P. ¿Llegó Casiodoro a ver el fruto de su trabajo? ¿Supo si había llegado su obra a España?
R. Su Biblia tuvo poco éxito editorial en su momento. Es una gran obra en el ámbito protestante, aunque no se la reconoce tanto como a la Biblia del Cántaro. Esta es una obra hecha por su compañero de monasterio, Cipriano de Valera, una vez muerto Casiodoro en 1594, que es quien hace esta nueva edición. Consistió en una copia en cuanto al texto, pero eso sí, adaptada al gusto protestante, eliminando los deuterocanónicos, y puso notas de la Biblia de Ginebra. Así, la Biblia de Casiodoro de Reina tiene un regusto católico, porque él la presenta como católica, y es un monje acostumbrado a leer la Vulgata, y ese es el orden que pone. Es después, con el mismo texto, con la Biblia del Cántaro, que será la que pasa a la historia, la que tiene numerosísimas ediciones. No hay una edición diferente, porque como todo el mundo conoce, Cipriano de Valera toma la obra de Casiodoro y la adapta. Esa es la que se lee tanto por mis hermanos protestantes de lengua hispana.
P. De hecho, la versión Reina-Valera sigue siendo una de las favoritas entre los lectores protestantes.
R. He dedicado también un capítulo a las revisiones posteriores, dado que quería hacer una obra completa. Se podría hacer aún más, por ejemplo, un estudio del castellano que se hablaba entonces. Creo que aporto un estudio completo de la traducción, y un estudio paralelo para demostrar de forma clara que Casiodoro es el autor de esta obra.
P. ¿Qué lección cree que podemos aprender de la aventura de Casiodoro de Reina?
R. La lectura es que la Palabra de Dios no hay quien la pare. Porque la Palabra de Dios tiene que fluir, “libremente por el cielo como el sol”, decía Casiodoro. Era un hombre de una gran sensibilidad, y poco antes de morir, le hacía tanto daño dejar la obra inconclusa como dejar huérfanos a sus hijos. Hizo su trabajo con muchísima humildad, él decía que Dios le había guiado a hacer esta obra. Y por eso tenemos la primera versión completa de la Biblia al castellano a partir de las lenguas originales. La primera católica es la de Felipe Scio de San Miguel del siglo XVIII, y la tradujo de la Vulgata. Hay que esperar a la Nácar-Colunga para tener una versión completa que parta de las lenguas originales.
Lo que supone en el mundo hispano no conocer una joya como esta es imperdonable. Esta tesis espero que ofrezca un estudio monográfico que sirva para poner de realce la Biblia del Siglo de Oro.
Constantino Bada dará una conferencia con el título 'Protestantes en la Sevilla del S. XVI: Casiodoro de Reina y la Biblia del Oso, primera Biblia completa en Castellano' este viernes 17 de febrero a las 18h en el aula del SARUS, (Rectorado de la Universidad de Sevilla).