Las personas en China están desesperadas. Como respuesta, nuestros hermanos y hermanas están compartiendo la palabra de esperanza y consuelo de Dios a través de mascarillas gratuitas. Como resultado, las autoridades, quienes están enviadas a cerrar las iglesias, acuden a los cristianos en busca de ayuda y terminan postrándose ante Dios.
Ahora, después de varios días desde que la ciudad ha sido puesta en cuarentena, y las mascarillas protectoras se han vuelto lo más valioso en Wuhan, la ciudad está teniendo un gran respeto por la comunidad cristiana. El dinero es inútil porque no puedes encontrar alguna tienda que venda una mascarilla.
Como respuesta, nuestros hermanos están compartiendo la palabra de esperanza y consuelo de Dios al arriesgar sus vidas y predicar el evangelio a través de tratados y mascarillas gratuitas. Ellos han ido ganando el favor de la ciudad cada vez más, e incluso a los ojos de las autoridades.
Los cristianos, quienes usan trajes amarillos para protegerse, hacen lo que un verdadero cristiano debe hacer en esta situación: predicar el evangelio y ser testigos de la verdadera paz y la verdadera esperanza que provienen de Jesucristo, frente a los no creyentes que están en pánico y desesperanzados.
El traje amarillo se ha convertido en el color más hermoso de la ciudad.
Los cristianos se han ganado el respeto que nunca antes habían tenido gracias a su disposición a arriesgar su salud para servir a los demás. En comparación con los médicos y enfermeras, su carga es aún más grande. Ellos saben, que esta es la oportunidad que Dios les dio para ganar personas para Cristo.
